miércoles, 18 de diciembre de 2013

Piropo nos espera a todos.

Relato real en homenaje a todas esas mujeres que luchan contra esa terrible enfermedad que es el cáncer de mama.
Buceando por la red me encontré con una hermosa historia. La historia dura, durísima, pero a la vez llena de lucha, superación personal y amor, mucho amor. La historia de Dani y Sandra. Él, abogado, y aventurero; ella maestra y aventurera también. Precisamente esto es lo que les unió en una historia de amor hermosa, llena de entrega pero, sobre todo, llena de aventuras y avatares.
El titular de la noticia: Una travesía interrumpida por el cáncer. Estos dos aventureros habían iniciado hace más de un año la vuelta al mundo en su velero Piropo. Precisamente en una breve escala en Panamá detectaron la enfermedad de Sandra, y allí dejaron el velero amarrado a la espera de proseguir con su viaje.
Hermosa historia de entrega, pero sobre todo de poder hablar de la enfermedad en plural y sin tapujos. Cada 19 de octubre se celebra el día del cáncer de mama, y en todos los medios de comunicación nos lo recuerdan simbolizándolo con un lazo rosa. La concienciación es importante, tanto en la prevención como en los tratamientos que dejan a veces huellas profundas y dolorosas. Pero también hay que decir que la luz de la esperanza es cada vez más fuerte y contundente.
Esta historia me hizo reflexionar sobre todo esto. La única forma de superar la enfermedad, sin duda, es la detección de la misma a tiempo, pero sobre todo, el mundo que rodea al enfermo. Tampoco nos olvidemos que afecta a hombres. Es fundamental que el entorno más próximo hable en plural de la enfermedad, que se implique en ella y que sobre todo haga de pilar para los que la padecen.
Me conmovió la entrevista de Dani, ya que en todo momento hablaba en primera persona del plural, porque es muy consciente que su implicación tanto emocional como psíquica era y es fundamental. Él fue quien peor llevó descubrir y concienciarse de la certeza que el cáncer se había anidado en Sandra, su compañera de viaje y vida.
Pero la entereza de los dos fue admirable. Quizás lo que más les unió fue, sin duda, la propia enfermedad, el tratamiento prolongado en el tiempo y las secuelas físicas y psíquicas; pero sobre todo la ilusión de proseguir con su proyecto maravilloso de dar la vuelta al mundo, que habían iniciado año y media antes a bordo de su velero Piropo, y abruptamente interrumpido por el nefasto diagnóstico a miles de kilómetros de su casa. No dudaron ni un momento. Quizás un par de minutos para hacerse a la idea, y otro par de minutos para tomar decisiones rápidas, como el de comprar un billete de vuelta a casa, para hacer frente y sin titubeos al contratiempo inesperado.
Este velero, simboliza para todos nosotros esa ilusión o meta a alcanzar para los que padecen y sufren la enfermedad, para el entorno familiar y amigos que acompañan a todos esos pacientes. Ayudar a desplegar las velas y navegar entre brumas, silencios, aguas bravas y tempestades, es la misión de todos. No importa ni cómo ni cuándo. Pero es fundamental concienciarnos que esta enfermedad es de todos, y que de alguna manera nos aborda a todo el mundo. Por eso tenemos que estar preparados para afrontarla. En este caso, esta pareja no solo le toca superar esta piedra en el camino, sino que han decidido compartirla, y seguro que ni se imaginan que su generosidad pueda ayudar a muchas personas que leen su historia. A veces las palmaditas en la espada no son suficientes. Se necesita conocer que hay solución, y que sobre todo hay muchísima gente implicada. Es admirable como Sandra y Dani afrontan esta situación, pero sobre todo llenos de esperanza y mucha ilusión esperan el momento de poder volar a Panamá y reanudar su viaje.
Dejar atrás los momentos de muchísimo estrés de pruebas, exploración médica y, sobre todo, el momento de la confirmación del diagnóstico. Pero no menos es el tratamiento y aceptar los cambios físicos propios del mismo. Pero ahí están, los dos, simultaneando momentos bajos y más tranquilos con los revueltos. Dolor e ilusión. El impacto brutal de la noticia. Seguro que todos conocemos el tema de cerca, o bien porque nos ha tocado en nuestro entorno familiar, o porque tenemos alguna amistad o conocido que está pasando por este trance. Por eso mi aportación con esta reflexión, de que de todo se puede salir si estamos a tiempo. Instar a poner metas e ilusión, porque seguro que ayudará a sobrellevar lo momentos más complicados. Simbolizar en ese velero que está amarrado en algún puerto de Panamá esperando volver a surcar los mares. Ser conscientes de que Piropo nos espera a todos un poco. Mucho ánimo a los Danis y Sandras.







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